Uno de los
peligros que más angustia a los padres durante la adolescencia, es que sus
hijos caigan bajo la influencia negativa de amigos y compañeros indeseables.
Las malas compañías han sido y seguirán siendo un dolor de cabeza para los padres
que observan impotentes y desesperados cómo sus hijos se van separando de los
consejos, del “buen vivir” y que, de pronto, salen volando explosivamente por
la ventana, sin comprender qué ha pasado, ni cuándo, ni cómo, ni dónde.
El cigarrillo,
las drogas, los actos delictivos, la violencia gratuita, el ocio, el repudio a
los estudios o cualquier actividad productiva, el ejercicio de una sexualidad
irresponsable suponen conductas
claramente dañinas que se oponen a las conductas vitales afirmativas del hombre
y de la sociedad. Pero hay que pasar por ahí, y la cuestión que nos importa es
cómo evitar, que bajo la influencia de seres desorientados y carentes de
valores, se cometan errores irreversibles que les estropeen la vida sin
remedio.
No existen fórmulas mágicas que liberen de esta situación, hay algunas
cosas que resultan bastante útiles.
1) Hablemos
mucho y hablemos de todo. La prevención es la mejor medida. Presenta tus amigos
a tus papás. De esta manera ellos estarán tranquilos, recuerda que si no
consideras que tus amigos sean del agrado de tus papás es que muy probablemente
no sean una compañía adecuada.
2) Recuerda que
los consejos de tus padres y maestros son por tu bien, tienes libertad de
elegir, pero cuando lo hagas hazlo de manera que te encuentres convencido.
3) Canaliza
constructivamente tu energía. Los deportes, la música, el arte, los pasatiempos,
las actividades extra-escolares reclaman mucha fuerza, dedicación y entusiasmo,
y una vez que estés involucrado en ellas habrá menos posibilidades de errar el
camino.
4) La libertad
mal entendida, puede conducir a los individuos a su propia destrucción. La
elección del camino correcto no es fácil pero de ella depende lo único que
importa: la felicidad. Ten en cuenta que
tus padres trabajan duro por mostrarte el camino correcto, lo papás justos, son
bondadosos, pero firmes en la disciplina.
La disciplina es la única
forma de que durante los años adolescentes, los jóvenes adquieran madurez y sean
individuos con valores.
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